SU NUEVA VIDA

Luego de pasar por Gran Hermano y ShowMatch, Male se retiró a la tranquilidad de Yerba Buena, en las afueras de San Miguel de Tucumán. Además de ir al gimnasio, la morocha estudia Derecho en la Universidad de San Pablo, contenida por sus padres y su hermano. “Mi vida es mía y de nadie más”, dice ella cuando le preguntan sobre su supuesto embarazo.

“LO QUE ME ESTÁ PASANDO ME LO GUARDO PARA MÍ”

Disculpame, pero no tengo nada para decir, me cansé de escuchar un montón de estupideces que se dijeron… Prefiero tomarme todo con risa, a mi manera, sin darle bola a nadie”. Quien habla, o quien dice no hacerlo, es Marianela Sofía Mirra (26), nacida el San Valentín de 1984, en Córdoba –tucumana por adopción–, la joven que se hizo famosa en todo el país al consagrarse ganadora del Gran Hermano 2007, aquel que condujo Jorge Rial y marcaba picos cercanos a los 50 puntos de rating. Fuera de la casa, Male –el tierno apodo que le valió amores y odios– fue tapa de revistas, modelo de Ricardo Piñeiro, panelista de GH5, estuvo en Bailando por un sueño 2008, y probó hacer teatro en la temporada 2008 de Carlos Paz, con el inolvidable Esteban Mellino. Un día dijo basta. Y regresó al Jardín de la República.

Estás nominada… En febrero de este año, Mirra volvió al protagonismo. En Tucumán, desde hacía un tiempo largo que se la vinculaba con un alto funcionario de la provincia, pero ahora el secreto a voces agregaba la palabra embarazo. Male, que por entonces trabajaba en la Secretaría de Turismo de la provincia, no confirmaba ni negaba nada: “Mi vida es mía y de nadie más”, era su leit motiv. Ese misterioso clima que se generó alrededor de ella –y del supuesto padre– le valió el reproche de sus contactos gubernamentales. La ruptura total de la relación, para más datos. Dos meses después de aquel revuelo, Paparazzi la encontró nuevamente en Yerba Buena, la localidad del Gran San Miguel donde vive junto a su familia en el country Los Azahares. A la contención de sus padres, Mario y Angelina, se le suma el consejo fraternal de su hermano, Mario, también abogado. Sigue sin hablar. “Lo que me está pasando me lo guardo para mí, no quiero que nadie se entere, jeje”, dijo a sus amigos al regreso de su último viaje a Punta del Este, a principios de abril. Del embarazo, poco puede apreciarse. Se la ve flaca. ¡Incluso más delgada que en sus meses dentro de Gran Hermano! Pero su vida es un misterio, como Male. Que sigue jugando al juego que más le gusta.